DINOSAURIOS

Los dinosaurios fueron un grupo extraordinariamente diverso de reptiles que habitaron la Tierra durante más de 160 millones de años, desde el Triásico Superior (hace aproximadamente 230 millones de años) hasta el final del Cretácico (hace unos 66 millones de años). Su desaparición estuvo provocada, según la hipótesis más aceptada, por el impacto de un gran asteroide en la actual península de Yucatán, lo que desencadenó una serie de eventos catastróficos, como una intensa actividad volcánica (particularmente en las Traps del Decán, India), cambios climáticos drásticos y alteraciones en la cadena alimentaria. Este evento marcó el fin de la era Mesozoica y abrió paso a la era Cenozoica, dominada por los mamíferos.

Es fundamental no confundir a ciertos reptiles prehistóricos con dinosaurios. Algunos ejemplos comunes incluyen:

  • Pterosaurios: reptiles voladores, como el Pteranodon o el Quetzalcoatlus, que no pertenecen al clado Dinosauria.

  • Ictiosaurios y plesiosaurios: reptiles marinos adaptados a la vida acuática, ajenos al grupo de los dinosaurios.

  • Dimetrodon: a menudo malinterpretado como un dinosaurio, en realidad fue un pelicosaurio del periodo Pérmico, más cercano a los mamíferos que a los dinosaurios.

 

Todos estos animales, aunque impresionantes, se engloban en otro apartado de nuestra web: Fauna extinta, ya que no forman parte del linaje de los verdaderos dinosaurios.

El estudio de los dinosaurios es clave para comprender grandes procesos evolutivos y ecológicos en la historia del planeta. Aportan información esencial sobre:

  • La evolución de las especies a lo largo del tiempo geológico.

  • Las extinciones masivas y su impacto en la biodiversidad.

  • La forma en que los ecosistemas antiguos funcionaban y se transformaban.

Los primeros dinosaurios surgieron en el supercontinente Pangea, y su posterior dispersión y diversificación se debió, en parte, a la fragmentación continental. Los paleontólogos estudian a estos animales a través de fósiles como huesos, dientes, huellas fósiles (icnitas), coprolitos (excrementos fosilizados) y nidos con huevos, que permiten reconstruir su anatomía, comportamiento y hábitats.

 

Además, hoy sabemos que las aves modernas descienden directamente de un grupo de dinosaurios terópodos, por lo que, técnicamente, los dinosaurios no se extinguieron por completo: siguen entre nosotros en forma de aves.