Terópodo de tamaño medio que vivió durante el Cretácico Superior, hace unos 85 millones de años. Medía aproximadamente 5 metros de longitud y pesaba en torno a 700 kg. Tenía un cráneo corto y profundo, y extremidades anteriores extremadamente reducidas, incluso más que las del Tyrannosaurus rex, lo que sugiere que apenas tenían función práctica. Sus restos se hallaron en la Formación Anacleto, en la provincia de Mendoza (Argentina), una región que durante el Cretácico presentaba un ambiente árido con zonas fluviales. Compartía su hábitat con otros dinosaurios, como titanosaurios y otros terópodos, en un ecosistema donde ocupaba un papel de depredador mediano. Se alimentaba principalmente de pequeños vertebrados y posiblemente de crías de dinosaurios más grandes. Su dentición estaba adaptada para desgarrar carne, aunque se presume que también podría haber sido carroñero ocasional, como otros abelisáuridos. Descubierto en 1999, es uno de los más completos encontrados en América del Sur. Presentaba una morfología muy similar a la del Carnotaurus, pero con diferencias notables en la estructura del cráneo y la longitud de las extremidades.