Tyrannosaurus rex Osborn, 1905

Orden: Saurischia

Familia: Tyrannosauridae

Tyrannosaurus rex, cuyo nombre significa “rey de los lagartos tiranos”, es uno de los dinosaurios más emblemáticos y ampliamente reconocidos tanto en el ámbito científico como en la cultura popular. Este gran terópodo habitó el continente norteamericano hace entre 68 y 66 millones de años, durante el Maastrichtiense (la última etapa del Cretácico Superior), poco antes de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno que supuso el fin de la era Mesozoica.

Se trataba de un carnívoro bípedo de gran tamaño, con longitudes que podían alcanzar hasta 12,3 metros, una altura a la cadera superior a los 4 metros y un peso estimado entre 8 y 10 toneladas. Su cráneo, que superaba los 1,5 metros de longitud, albergaba potentes músculos mandibulares capaces de generar una fuerza de mordida de aproximadamente 6 toneladas, lo que le permitía fracturar huesos con facilidad. Los dientes, de morfología robusta, curvados y con bordes aserrados, estaban especialmente adaptados para desgarrar tejido muscular y romper estructuras óseas.

A pesar de la reducida longitud de sus extremidades anteriores —provistas de solo dos dedos funcionales—, estas eran sorprendentemente robustas y musculosas, aunque su función exacta continúa siendo objeto de debate en la comunidad paleontológica. Por el contrario, sus extremidades posteriores eran largas, fuertes y adaptadas para la locomoción, permitiéndole alcanzar velocidades estimadas de hasta 27 km/h, cifra considerable para un animal de su masa.

T. rex habitaba ecosistemas variados que incluían bosques, llanuras aluviales y entornos deltaicos. Ocupaba el nicho ecológico de superdepredador, alimentándose principalmente de grandes dinosaurios herbívoros como Triceratops y Edmontosaurus. No obstante, algunos estudios sugieren que también pudo haber adoptado comportamientos oportunistas, como el carroñeo.

El primer fósil de T. rex fue hallado en 1902 por el paleontólogo Barnum Brown, y descrito formalmente en 1905 por Henry Fairfield Osborn. Desde entonces, se han recuperado decenas de ejemplares, algunos de ellos con un grado de conservación notable, lo que ha permitido realizar estudios detallados sobre su anatomía, biomecánica, crecimiento ontogenético y posibles interacciones intraespecíficas. Algunos especímenes muestran evidencias de patologías óseas, fracturas cicatrizadas e incluso señales de agresión entre individuos.

Existen especies propuestas dentro del género Tyrannosaurus que se enumeran a continuación:

 

  • Tyrannosaurus imperator: Propuesta en un estudio de 2022, esta especie se caracteriza por poseer una morfología más robusta y masiva. Se interpreta como una forma más antigua y posiblemente ancestral de T. rex, basada en fósiles hallados en capas estratigráficas más antiguas.

  • Tyrannosaurus regina: También propuesta en el mismo estudio, se diferencia por una morfología más grácil, con adaptaciones esqueléticas más ligeras y características distintivas en el fémur y la dentición.

  • Tyrannosaurus mcraeensis: Identificada a partir de restos descubiertos en Nuevo México, esta especie representa una forma más primitiva del linaje, datada unos 7 millones de años antes que T. rex. Su existencia sugiere una colonización temprana de tiranosáuridos en América del Norte.

  • Tyrannosaurus bataar: Actualmente reclasificado como Tarbosaurus bataar, este taxón asiático muestra diferencias anatómicas suficientes para justificar su separación del género Tyrannosaurus.